Etapa de perfección
“La etapa de creación es como un reflejo en un espejo.
Es inexpresable y está libre de las elaboraciones de la existencia y la no existencia.
Es una cuestión de autoconciencia.
Este es el consejo de mi corazón.”
En la práctica del Yidam, hay dos etapas, la etapa de creación y la etapa de perfección. Este verso se refiere a la etapa de perfección, de la cual hay dos tipos. La primera se llama “perfección con signos”, refiriéndose a la meditación utilizando los diferentes chakras, canales, y demás. La segunda, la cual estamos discutiendo aquí, se llama “perfección sin signos” o “disolución en la talidad omnipresente”. En ambos casos, la etapa de perfección es inexpresable y libre de elaboración.
Las apariencias son como un reflejo en el que los objetos aparecen clara y vívidamente aunque no haya nada en qué aferrarse. El color, tamaño y forma de tu reflejo pueden estar presentes en un espejo pequeño aunque ni el espejo ni tu rostro cambien de tamaño. Aún así, el espejo sostiene la imagen completa. Pero ese reflejo no tiene sustancia; es solo una ilusión. No hay nada a qué apegarse ni qué rechazar. Esto demuestra la naturaleza inseparable de la apariencia y la vacuidad. Nuevamente, es tu mente tanto cuando se disuelve en la vacuidad como cuando se manifiesta en forma como un Yidam. De la misma manera, todos los fenómenos son simplemente un reflejo de la mente, ni existente ni no existente. Esto es una no dualidad inexpresable, libre de todos los extremos.
Las palabras son inadecuadas para describir esto. Solo podemos experimentarlo. Tomemos el ejemplo de la caña de azúcar. Incluso si recordamos su calidad muy claramente y la describimos con precisión, no podemos hacer que otra persona la experimente. Pero si ponen un poco en su lengua, pueden decir: “Ah, esto es caña de azúcar”. Podríamos decir “dulce”, pero eso es solo una etiqueta. ¿Qué dirías si alguien preguntara qué es “dulce”? Solo puedes explicar tanto; no puedes expresar el sabor mismo. Esto es lo que queremos decir cuando decimos que la etapa de perfección es inexpresable.
Para lograr la iluminación, debemos purificar la mente no iluminada por nosotros mismos. Un maestro no puede darnos iluminación, pero un maestro puede mostrarnos el camino. Tenemos que recorrerlo nosotros mismos. Debemos meditar y experimentarlo. La iluminación es inexpresable y está libre de elaboración, más allá de las palabras, más allá de todos los límites. Esa es la cualidad de la mente radiante.
No podemos decir de algo: “Esto existe”. Si realmente existiera, entonces alguien podría explicar cómo existe. Pero después de analizar todos los detalles de cómo algo existe*, aún no podemos encontrar ninguna existencia. Pero si algo no existe, ¿cómo podemos percibirlo? De hecho, está más allá de “existencia” y “no existencia”. Esto es una cuestión de autoconciencia. Cuando miramos la mente y pensamos que no existe, entonces algo parece surgir. Cuando tenemos autoconciencia, podemos lograr la autoliberación. ¿Cómo? No tenemos que “liberar” la mente. La mente ya está liberada; solo tenemos que realizar esto. Solo tenemos que relajarnos y ser conscientes de ello.
* Esto es demostrado por las enseñanzas del Camino del Medio, Mādhyamaka, a tráves de logica. De forma breve, los fenomenos solo existen a traves de la interdependcia y de imputaciones, pero al ser puesto bajo analizis, ningun tipo de esencia o identidad puede ser encontrada.