Mantener el Yidam o permanencer en la naturaleza última
Todavía es bueno tener un Yidam; tener un Yidam, solo uno, que siempre permanezca en tu mente, para que nunca olvides al Yidam. Eso es realmente importante. O, si no puedes mantener siempre al Yidam en mente, puedes pensar en la sílaba semilla, como Hum, por ejemplo; pero debería haber algo en tu mente durante todas tus actividades. Para aclarar la idea de alguien que ya siempre permanece en la naturaleza última en todas las actividades: es bastante difícil permanecer en esa naturaleza todo el tiempo durante todas tus actividades diarias. Dado que es muy poco probable, es bueno seguir pensando en un Yidam, o pensar en tu guru, y así sucesivamente, ya que es tan difícil mantener ese estado constante de permanencia en la naturaleza última. Es difícil para la mente mantener esa claridad todo el tiempo.
La razón para recordar al Yidam es que cuando morimos, hay diferentes formas de ser liberados —en el primer o segundo bardo, y así sucesivamente. En el caso ideal, somos liberados en el primer bardo. Eso se puede lograr si, mientras aún estás vivo, practicas al quedarte dormido, para que nunca caigas realmente en un sueño inconsciente, sino que reconozcas la luminosidad del estado de sueño profundo. Es decir, la mente siempre permanece con completa claridad durante todo el estado de sueño profundo. Si puedes lograr eso, te liberarás en el primer bardo de la muerte. Pero eso en realidad es muy difícil de lograr. Es muy difícil mantener la claridad durante todo el estado de sueño profundo, mientras realmente estás durmiendo. Si no te liberas en el primer bardo, pasarás al segundo bardo, y los conceptos comenzarán a surgir nuevamente. En este momento, debes ser capaz de recordar al Yidam, porque si puedes recordar al Yidam, puedes alcanzar la iluminación como un Sambhogkaya. Idealmente, por supuesto, alcanzarías la iluminación en el Dharmakaya de inmediato en el primer bardo, pero eso es muy difícil. Por lo tanto, en caso de que no podamos lograr eso, es bueno también haberse preparado para el segundo bardo, y lo hacemos con la práctica del Yidam.
Por supuesto, si realmente puedes reconocer el primer bardo, no necesitas un Yidam. Eso es cierto. Pero en caso de que no lo reconozcas, entonces es bueno tener un Yidam para recordar cuando llegues al segundo bardo. Para recordar en ese momento, es importante practicar ahora y en todas tus actividades diarias. Siempre recuerda al Yidam en todo lo que hagas. Por ejemplo, cuando estás comiendo o disfrutando de cualquiera de los otros cinco placeres sensoriales —cualquier cosa que hagas—, siempre piensa en ll Yidam. Al “pensar en el Yidam”, me refiero a que simplemente debes tener una conciencia del Yidam; no tienes que visualizar todos los implementos y ornamentos y colores, y así sucesivamente, tal como se describen en la visualización. No tienes que visualizar cada detalle todo el tiempo, pero siempre debes tener el Yidam en mente, para que nunca olvides al Yidam, como una madre nunca olvidaría a su único hijo. Si solo mantienes ese tipo de conciencia, es suficiente.